Se inició en el 2004, cuando la ONG CIED y la Municipalidad, se plantearon la interrogante de cómo hacer para promover el turísmo en el pueblo de Antioquía.
La idea fue convocar un concurso llamado "Colores para Antioquía" con la participación de más de treinta artistas plásticos, entre ellos catorce artistas internacionales. Los cuadros tuvieron contenido de identidad local porque los artistas convivieron en las casas de los pobladores e intercambiaron experiencias acerca del arte y la agricultura durante una semana. Las pinturas fueron expuestas en el pueblo como también en San Isidro, el valor de ellas superaron los 250 dólares. De las cinco propuestas finalistas de cómo se debe pintar Antioquia, la ganadora resultó ser del artista peruano Enrique Bustamente. El pueblo también salió ganando porque la empresa Atocongo, Cementos Lima, realizó la donación del premio consistente en dos mil dólares. con los cuales las fachadas se convirtieron en lo que es ahora, un gran retablo vivo, digno de la admiración de turistas locales y extranjeros.
En las fotos se puede observar las casas, antes y después del proyecto Colores para Antioquia que les dio vida y color, y que le ha permitido a Antioquia ser conocida como El Retablo más grande del Perú.
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