Seguramente que muchos saben acerca de la mítica piedra de los doce ángulos enclavada en la calle Hatunrumiyoc (de las piedras grandes) del Cusco. Los turistas que trajinan el mundo consideran que su significado es tan grande como la piedra roseta, la tumba de Tutankamon, la Estatua de la Libertad, o la Torre Eiffel.
Quien llega al Cusca la puede apreciar en una de las calles más transitadas de esa legendaria urbe, que a diario atrae a visitantes que pugnan por tomarse una fotografía al lado de ella. Pero, qué diría usted si le contáramos que en la ciudadela de Machupicchu existe una piedra de similares características y formación ígnea, pero con 30 ángulos! Meticulosamente contados. Se halla casi en la cumbre de lo ciudadela, en esos históricos y misteriosos corredores y recintos próximos al Templo del Sol y mausoleo y a la Plaza sagrada, donde se encuentro el Templo de las Tres Ventanas y el templo principal, así como el famoso intihuatana (reloj solar) que corona esa maravilla del mundo.
En reciente visita a la famosa ciudadela inca nos enteramos de este nuevo hallazgo, acaso aún no difundido por ese inevitable avasallamiento que trasunta la piedra de 12 ángulos, una "diorita verde'!, roca de propiedades análogas a las del granito y la sienita y que merced a su excelente pulimento se emplea en ornamentación.
Lo cierto es que fuimos a comprobar su existencia en compañía de un grupo de arqueólogos y antropólogos argentinos que visitaban la ciudadela, guiados por un enterado estudioso de las ruinas. Este se encargó de mostrarnos la enigmática y sorprendente mole y contabilizó en forma reiterada los 30 ángulos para que no quede resquicio de duda. Las tres decenas de ángulos de la enorme mole fueron labrados por la propia naturaleza y facilitan calzar con exactitud con las aristas y ángulos de las piedras colindantes que conforman el muro. Como en su coetánea del Cusco, é1encajamienta es tan perfecto que no deja espacio alguno ni para una aguja entre las juntas de las piedras.
Sin desmerecer la mítica piedra de los ángulos de la ciudad cusqueña, esta de 30 ángulos forma el recodo de la puerta principal de uno de los citados recintos donde, dicho sea de pasa, existen, entre las piedras, una especie de vasos comunicantes que transportan cualquier sonido, por muy leve que sea, de alguien que quiere comunicarse con otro a cierta distancia a través de inexplicables canalículos pétreas sonoros o ecos no explicados suficientemente por los estudiosos.
En realidad, Machupicchu sigue siendo una ciudad de misterios insondables como este nuevo hallazgo de la piedra de los 30 ángulos que, desde ahora debe sumarse a los grandes atractivos de la ciudadela que precisamente atrae las miradas del mundo por tantos restos seguramente aún no descubierto. Son, además de elementos históricos especiales, una demostración de tecnología incaica y el grado de precisión en la manufactura de sus murallas. Son, en todo caso, sorprendentes testimonios arqueológicos y arquitectónicos que ponen en manifiesto el conocimiento que poseían los incas para construir estructuras antisísmicas.
Fuente: Artículo de Ernesto Sánchez S. Primicia de Revista "El Ingeniero". Lima. Perú.
Etiquetas: Cusco Machupicchu
Es muy cierto yo hace un tiempo realice un cusco tours y me quede impresionada con las ruinas de sacsayhuaman y machu picchu.
ReplyDelete