Es un lugar con historia que merece visitarse, que guarda el legado de una de las personalidades más importantes del siglo pasado, José Carlos Mariátegui. Fue su hogar durante cinco años, los últimos de su vida; en su salón de estudios solía escribir incansable y recibía a las personalidades influyentes de la literatura, la política, periodismo peruano, así como a estudiantes y obreros que llegaban deseosos de escuchar sus palabras. La casa llegó a ser la oficina de la revista “Amauta”, luego de su lanzamiento en 1926, y el escenario en 1928, de su obra cumbre “7 ensayos de interpretación de la realidad peruana”.
En estos salones convaleció en sus últimos días, y donde el Amauta fue velado tras su fallecimiento el 16 de abril de 1930. Tras ese suceso el lugar fue abandonado por su familia.
La casa durante muchos años estuvo en poder de inquilinos en estado deprimente y a punto de ser demolido. Fue salvada por el INC en el año 1972, al ser declarada Monumento Histórico Republicano. Pero tuvo que pasar veinte años para que se iniciara su reconstrucción, siendo así inaugurado como Casa Museo el 17 de junio de 1994.
Están presentes las huellas históricas del Amauta, una importante bibliografía, galería de fotos, objetos, muebles personales como su máquina de escribir, documentación , etc.
En este año, uno de los salones se ha acondicionado para recordar el Sesquicentenario del nacimiento de
Augusto Leguía (1863 – 2013). Es interesante ver fotos, propagandas y materiales electorales de aquella época.
Aparte de su interés histórico, la Casa Mariátegui es hoy el centro de diversas actividades culturales y literarias.
Con esposa Anna Chiappe - foto de noviembre de 1929.